Resulta lamentable el hecho de que un jugador con tantas cualidades para jugar al futbol y que tenía todo para convertirse en ídolo del América, no haya aprovechado esta situación ni se haya comportado a la altura de las circunstancias. Ángel Reyna pasó de la gloria al olvido, de ser el goleador y el mejor jugador del torneo mexicano en el primer semestre del año, a convertirse en un jugador descartado por el club. A veces no entiendo a los futbolistas profesionales que por diferentes motivos parecen no apreciar la profesión. Los jugadores son privilegiados, ganan mucho dinero, su jornada laboral en la semana no dura más de tres o cuatro horas, es cierto, trabajan los fines de semana pero lo hacen con miles de personas alentándolos. Pero sobre todas las cosas, trabajan haciendo lo que más les gusta. Los futbolistas ocupan un lugar reservado para muy pocos. Al menos en México, existen millones de niños y jóvenes que sueñan con estar en su lugar, además de otros tantos millones de adultos que alguna vez soñaron con lo mismo y por equis motivo no pudieron cumplirlo. Muchos de los futbolistas que vemos cada fin de semana en los estadios, parecen haber olvidado que alguna vez ellos mismos fueron niños que jugaban en la calle, en la escuela o en el parque, soñando con vestir la camiseta de su equipo favorito y jugar ante miles de aficionados en un estadio. También hay que decir que los futbolistas son personas que en su vida privada pueden tener cualquier tipo de problemas, los cuales muchas veces se ven reflejados en el desempeño dentro de la cancha o en la forma de manejarse afuera. No conozco personalmente a Ángel Reyna, por ende no lo puedo juzgar como ser humano. Mi trabajo es hablar sobre lo que él hace con el América. Por eso mi análisis es el siguiente. En cualquier equipo, pero especialmente en uno grande, no basta con ser talentoso. También hay que ser comprometido, disciplinado y buen compañero, pero especialmente hay que ser respetuoso con la afición. Eso significa entregar todo, no reírse de una derrota, no caminar la cancha y no ponerse por encima del club. Mi sensación es que Reyna tuvo todo para ser un ídolo del América y no supo cómo manejar tamaña responsabilidad, sobre todo cuando no tuvo la pelota en los pies. Es una lástima porque a este equipo le urgen ídolos en los que la afición pueda apoyarse para intentar salir de esta sequía de éxitos y títulos. Tu opinión nos interesa, compártela con respeto. Por Artemio Flores, Director Editorial de AméricaMonumental.com Twitter:@Arte_FloresMtz Foto: Mexsport