El susto duró demasiado, pero el parte médico trae calma. Edson Álvarez, canterano del Club América y capitán del Tri, encendió las alarmas al salir al minuto 30 ante Japón. En pleno arranque de la Fecha FIFA, el pensamiento fue uno: ¿desgarro y varias semanas fuera? El golpe anímico parecía inevitable para selección y club.
Horas después, el escenario cambió. Con el amistoso ante Corea del Sur en puerta, llegó la confirmación del diagnóstico: lesión muscular de bajo grado. Es decir, no hay daño mayor y el proceso apunta a una recuperación controlada. Respira el Tri, respira Coapa: el plan pasa de emergencia a manejo fino de cargas.
¿Qué lesión sufrió Edson y por qué baja la alarma?
El reporte indica una lesión muscular leve, sin indicios de rotura significativa. Traducido: el tiempo de rehabilitación no debería ser prolongado si no hay recaídas. La clave, a partir de ahora, está en la progresión: dolor controlado, tolerancia al esfuerzo y retorno gradual al ritmo competitivo.
El alta deportiva no depende del calendario de la Selección sino del club. Tras la ventana internacional, el mediocampista seguirá protocolos de su equipo para afinar plazos y evitar riesgos. En resumen, no es un parte para celebrar, pero sí para desactivar el pánico.
¿Qué espera a Edson en su regreso al Fenerbahçe?
A nivel club, lo primero será una reevaluación con estudios propios, ajuste individual de cargas y un microciclo de reacondicionamiento. Sin pretemporada completa con su nuevo entrenador, cada sesión pesará doble: posicionamiento, salida limpia y liderazgo sin balón.
El contexto deportivo exige precisión: nuevo cuerpo técnico en construcción, metas europeas y un mediocampo que lo necesita como ancla. Con Edson sano, el Fenerbahçe gana orden; con Edson a medias, se resiente toda la estructura. Por eso el mensaje es uno: cero prisas, todo método.