Una de las críticas más repetidas tras la eliminación del América en Concachampions fue la decisión de André Jardine de no utilizar un delantero natural como titular en la serie ante Cruz Azul. Diego Valdés fue improvisado como falso 9 y la ausencia de un atacante como Víctor Dávila fue señalada por la afición y parte de la prensa. Sin embargo, en el Clásico Joven de Liga MX, el técnico brasileño decidió darle la oportunidad al chileno… y el resultado reforzó su postura original.

Dávila fue titular frente a la Máquina, pero su actuación dejó mucho que desear. El delantero azulcrema volvió a mostrar las mismas inconsistencias que Jardine había tratado de evitar en los duelos anteriores. Una vez más, el América se quedó sin gol, sin triunfo y sin respuestas claras en ofensiva.

Víctor Dávila no respondió cuando más lo necesitaba el América

Con la confianza renovada de Jardine, Dávila tuvo su oportunidad de ser el delantero titular del América. Pero lejos de aprovecharla, tuvo un partido gris, en el que apenas generó peligro. Lo más destacado fue un penal no señalado tras una caída en el área y una ocasión clara que desaprovechó en el segundo tiempo, cuando el gol pudo haber significado tres puntos y el regreso al liderato.

Su bajo rendimiento deja una sensación de oportunidad perdida, especialmente porque el equipo necesita goles de forma urgente. Ni Henry Martín ni Rodrigo Aguirre están disponibles al 100%, y el chileno no logra llenar ese vacío con autoridad.

Dávila, muy lejos de ser el ‘9’ que el América necesita

El arranque goleador de Víctor Dávila en el Clausura 2025 fue prometedor, con cuatro goles en los primeros tres partidos. Pero desde entonces, ha desaparecido: solo un gol en los últimos 13 encuentros y una influencia mínima en el juego colectivo. El América necesita mucho más de su ‘9’, y hoy por hoy, Dávila no está ni cerca de cumplir con esas expectativas.

No se le pedía ser un goleador de 10 tantos, pero sí al menos marcar diferencia cuando el equipo lo necesita. Su promedio y su rendimiento actual no justifican su titularidad, y André Jardine lo sabía desde antes.