El América casi no tuvo respiro tras rescatar un punto en Monterrey. El equipo regresó a la Ciudad de México, entrenó apenas dos días y ya viaja rumbo a San Luis con una tarea urgente: volver a ganar para no encadenar tres partidos consecutivos sin victoria.

A la prisa se suma el golpe más duro de la semana: la grave lesión de rodilla de Dagoberto Espinoza. Sin su polivalencia por la banda derecha, André Jardine debe redefinir la estructura del equipo y elegir entre perfiles que ofrecen ventajas, pero también riesgos.

La difícil elección táctica de André Jardine

¿Repetir la línea de cinco o volver a cuatro defensores? La baja de Dagoberto obliga a tomar una decisión que afecta la salida, las coberturas y la presión tras pérdida. Lo que se elija frente a San Luis puede marcar el libreto del resto del Apertura.

Jardine manejaba dos sistemas gracias al canterano: carrilero ofensivo en un 5-3-2 o lateral de ida y vuelta en un 4-2-3-1. Ahora las opciones se reducen: con Kevin Álvarez, el América gana proyección y centros, pero se expone en defensa; con Israel Reyes, se gana solidez y juego aéreo, aunque se pierde profundidad por banda.

El impacto inmediato en el América

El rival también influye. San Luis ataca con amplitud y cambios de orientación constantes. Si Coapa se decide por la línea de cinco, puede blindar el segundo palo y lanzar a Saint-Maximin al espacio; si opta por cuatro, necesitará un mediocentro más cercano a la banda para cubrir el pasillo exterior y sostener las transiciones.

La consecuencia es clara: la elección no solo define la visita a San Luis, también dibuja el camino a seguir mientras vuelven los lesionados y el América busca sostener la pelea por el liderato. Con la tabla apretada, cada punto es oxígeno; tres puntos hoy valen impulso y calma en Coapa.