El Clásico Capitalino llegó en un momento en el que América necesitaba reivindicarse con su futbol y con su gente. Si bien, llegaron a la cita empatados en la cima con Atlas, la racha de tres juegos sin ganar no podía alargarse más, es por eso que ante Pumas estaba en juego algo más que el orgullo de la capital.

Contrario a lo que ha sucedido en otros juegos de las Águilas como local, esta vez no fue el equipo de Santiago Solari el que hizo de protagonista del encuentro al inicio de las acciones. Pumas salió con más intensidad, apretaba en diferentes sectores de la cancha y se daba el lujo de perdonar una opción muy clara en la que Meritao cruzó demasiado un disparo dentro del área ante la salida de un Ochoa que ya estaba vencido.

 

De a poco, los azulcremas controlaron las revoluciones de su rival y empezaron a tener más la pelota, aunque sin tocar a la puerta de Talavera. Viñas la mandó a guardar con un potente remate de cabeza, pero la acción fue invalidada por fuera de juego, así que todo seguía sin movimiento en el electrónico.

Cuando al juego no le pasaba nada vino Richard Sánchez para concretar una jugada de otro partido. El mediocampista paraguayo fue a apretar la salida auriazul cargada a la banda derecha. En el mano a mano le ganó a Jerónimo Rodríguez y aunque estaba lejos de la portería, levantó la cara, vio adelantado a Alfredo Talavera y sacó un disparo perfecto en colocación que fue a dar a las redes. ¡Estallaba el Azteca con ese golazo! América se llevaba la ventaja al descanso.

 

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Para el complemento el juego estuvo acompañado por una tormenta incesante. Ambos equipos hacían el desgaste con las inclemencias del clima y mientras Pumas corría con la urgencia del empate, los de Coapa sobrellevaban el trámite sin renunciar al ataque, pero bien parados en su cuadro bajo.

Cerca de la recta final, América parecía que liquidaba el partido. Córdova remató de cabeza, Talavera escupió el esférico y Henry Martín apareció para darle el pase a la red. Los azulcremas se sentían ganadores en ese momento del Clásico, pero vino el VAR para decretar posición adelantada y todo seguía igual, con tensión máxima para el cierre, misma que se rompió po un momento con la intervención de un espontáneo que hizo de las suyas al burlar a la seguridad del inmueble.

Sobre la hora, los Millonetas finalmente pudieron darle la puntilla a los del Pedregal. Un contragolpe ejecutado por Mauro Lainez terminó con el 2-0 definitivo. El 28 recorrió toda la parcela izquierda y definió suave ante el achique de Talavera.

América terminó con la mala racha, se reencontró con la victoria y sigue prendido al liderato general