América habló claro y fuerte en el Estadio Azteca. Las Águilas vencieron a Cruz Azul en una apasionante edición del Clásico Joven, en la que un golazo de Julián Quiñones hizo la diferencia y le dio los tres puntos al equipo que comanda André Jardine, quien sigue con paso perfecto en este tipo de partidos.

El resultado fue celebrado por todos, pero claramente las formas no. Y es que el América jugó un partido defensivo, en el que cedió la iniciativa a Cruz Azul y en los últimos minutos terminó con un 5-3-2 muy cerca de Luis Malagón, por lo que muchos tacharon de conformista al entrenador azulcrema.

Pero nada más alejado de la realidad. André Jardine siempre ha entendido lo que significa el América y a pesar de que no tuvo el protagonismo desde la posesión, sí lo hizo desde el desarrollo del juego: el Clásico Joven se jugó como querían las Águilas y el resultado corresponde a lo que sucedió en cancha.

Las Águilas no llegaron precisamente en el mejor momento, ni en lo futbolístico y mucho menos en lo físico. Pero André Jardine hizo un balance de esta situación y presentó una propuesta de juego acorde con el escenario, en la que reforzó las fortalezas y ocultó las debilidades al menos durante 90 minutos.

Y todo esto con la intención de ganar. América nunca renunció a la idea de lograr los tres puntos y tampoco se quedó de brazos cruzados tras el 1-0. Las Águilas, desde el contragolpe, generaron más ocasiones de peligro que su rival, al que incluso pudieron golear en un primer tiempo de manual.

Es por eso que, consciente de las limitaciones del equipo, André Jardine buscó el partido con un estilo distinto a lo que nos tiene acostumbrado el América. Pero lo cierto es que fue efectivo y eso se celebra. No solo por el resultado, sino por el funcionamiento que se vio en cancha.

América mantiene intacto el ADN de campeón y busca la victoria aun cuando el rival llegue en mejor momento. Da exactamente lo mismo si juega al contragolpe o volcado al ataque. Y eso no es negocia, mucho menos en un semestre en el que la meta no es otra que marcar una época.