El América vivió una noche inesperada en la jornada 8: cuando el guion apuntaba a tres puntos y control del relato, el marcador terminó dejando una factura directa en la clasificación. El resultado mueve fichas en la parte alta y obliga a recalibrar la hoja de ruta en Coapa.

Más allá del ruido, lo que importa es la fotografía del torneo: con el corte de la jornada, el Ave pierde terreno y la pelea por el liderato se compacta. La tabla no miente y el margen de error se reduce.

América deja escapar la oportunidad de salto a la cima

Antes del Clásico, el equipo sumaba 17 puntos y olfateaba el primer puesto. La derrota le impide dar el estirón y lo deja con 17 unidades y diferencia de goles +7, desplazado un escalón en la general por el empuje de un perseguidor que ganó su duelo.

Para efectos de percepción, también pesa: el Ave pasa de posición de asalto a posición de acecho. La lectura es simple: seguir arriba exige sumar inmediato y proteger la diferencia de goles como activo competitivo.

El vuelo directo por el liderato

Después de la derrota del Clásico, América tendrá otro reto mayúsculo: visitar al Monterrey en la jornada 9. Dos protagonistas de los últimos torneos que podrían definir quién se queda con el primer puesto del Apertura 2025 en la Sultana del Norte.