En medio del silencio del mercado, el Club América enfrenta un problema que no termina de resolverse: la situación de Diego Valdés. Cuando parecía inminente su salida rumbo al Fortaleza de Brasil, el mediapunta chileno rechazó la oferta a último momento, a pesar de que las directivas ya habían cerrado el trato por una cifra cercana a los 3.5 millones de dólares. Esta negativa ha complicado todavía más el panorama del América, que depende de sus ventas para financiar fichajes. Pero con Valdés decidido a quedarse, la gran incógnita era qué haría el club con él.

La respuesta ha llegado. Y para el entorno azulcrema, no hay marcha atrás: Diego Valdés ya no entra en los planes del club. No importa que quiera quedarse ni que aún tenga contrato; la decisión está tomada y su rol será completamente secundario si continúa en el plantel. El América necesita liberar plazas de extranjero y generar ingresos. Valdés ya no es parte del proyecto.

América no cambia de parecer: Diego Valdés está fuera del proyecto

De acuerdo con información de León Lecanda, reportero de ESPN, la directiva y el cuerpo técnico han sido claros con Diego Valdés: no entra en planes. Aunque el futbolista se niegue a salir, el club no modificará su postura. En caso de quedarse, su papel será el de un suplente ocasional, sin el protagonismo que alguna vez tuvo.

Incluso si no logran venderlo, no será titular habitual ni un jugador de cambio. América ha optado por darle minutos solo en partidos menores o cuando no haya opciones disponibles. El mensaje es claro: ya no es indispensable.

André Jardine pidió la salida de Diego Valdés

La decisión no fue de arriba. Según John Sutcliffe, el propio André Jardine fue quien determinó que Diego Valdés debía salir del América. Aunque en algún momento fue de sus hombres de confianza, su bajo rendimiento y continuidad intermitente cambiaron por completo su estatus.

La directiva respaldó al entrenador y, desde entonces, han intentado venderlo en tres ocasiones: primero a Monterrey, luego a Toluca y recientemente al Fortaleza. Pero el jugador se niega a irse. Y con eso, sigue bloqueando una plaza clave para los refuerzos.