El entrenador habló de lo que significa el banco azulcrema y de las críticas cuando llegó.
El ciclo de Ignacio Ambriz en América no había empezado del todo bien, ya fuera por los resultados o los rendimientos del equipo, que eran malos. Allí arreciaron los cuestionamientos pero la directiva lo sostuvo y hoy el elenco azulcrema vive un gran momento. De todo ello y de la presión de estar en el Nido habló justamente Nacho en las últimas horas. A no perdérselo…
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Las dificultades en Coapa:
“Eso es muy difícil, estamos en América. Cada día hay mucha exigencia, ahora la exigencia es más grande porque ahora van a creer que tan fácilmente el equipo puede golear a todos, que estamos para ser superiores al rival, y yo creo que no. Creo que ahora es cuando debemos tener los pies sobre la tierra, pensar en el partido que sigue y el que sigue es Tigres. La única palomita que te ponen en el América es ser Campeón, lo demás no existe para el América o para el americanismo que así lo exige. Eso a mí me ayuda para no dormirme en mis laureles y seguir trabajando”.
Las críticas apenas arribado al Nido:
“Es cierto que me mantuve mucho al margen de eso. No leí lo que se decía de mí, gente cercana a mí me comentaba, me hacía uno que otro comentario, pero al final me fortaleció todo eso, cuando están en contra tuya te fortalece, es como cuando vas a la casa de un rival que no te quiere, que hacen que tú juegues mal, dices: ‘Voy a demostrar las cosas que yo sé hacer´”.
La base del plantel azulcrema:
“Un elemento muy importante es la continuidad de un equipo que no lleva seis meses. Algunos llevan tres años, algunos dos años juntos. Llegué a un equipo armado que difícilmente me había tocado en Querétaro, que empecé a armar; en San Luis, que empezamos a armar poco a poco; en Guadalajara, que era un equipo joven todavía, pero aquí llegas a un equipo que sabe lo que es defender los colores del América, sabe cómo corregir dentro de la cancha, que es lo que les pido, parte de la labor de ellos en la cancha, les doy cierta libertad de poder corregir hasta el mismo parado del equipo, y eso a un entrenador le ayuda mucho. Y no te voy a negar también que Miguel (Herrera) hizo un gran trabajo; (Antonio) Mohamed, ni te cuento, y Matosas también, todos fueron campeones. Entonces, ¿qué haces como entrenador? Aprovechas esas inercias para poder hacer que el equipo se mantenga en los primeros lugares”.
La afición del más grande:
“Creo que al final es un cariño que le empiezas a tener, empiezas a entender al americanismo. Entiendes por qué es orgullosa, por qué es exigente, porque yo comento que cuando tú juegas contra el Morelia pues no pierdes ante Morelia, pierdes contra 17 equipos más, hablando de la afición, porque están toda la semana de alguna u otra forma están fastidiando. Pero sí le tomas cariño porque sales a la calle y la gente te está diciendo: ‘Profe, necesitamos ganar, ser campeones, necesitamos otra vez ser ese América agresivo que ataca, que defiende bien’. Lo notas y esa exigencia siempre es importante para uno como entrenador, saber que estás en un equipo que lo amas o lo odias y en alguna forma empiezas a tomarle cariño, porque llego desde las ocho de la mañana, me voy a las tres de la tarde. Convivo con todos, con los jardineros, cocineros, veo entrenamientos de las Fuerzas Básicas, y empiezas a tomarle cariño al equipo”.
La mentalidad de los rivales y los objetivos:
“En este equipo no hay rivales fáciles, te lo comento, yo como alguien que jugó y dirigió en contra de este equipo, todos los equipos te juegan a su máxima capacidad. El equipo va bien, hay buen compañerismo entre ellos. Esa gran humildad que hoy el equipo está mostrando, porque si me hablas de un rival, creo que el rival somos nosotros mismos, de seguir manteniendo la humildad y el trabajo para hacer las cosas bien”, finalizó Ambriz con sinceridad.
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