Sebastián Washington Abreu pasó buena parte de su interminable trayectoria en el fútbol de México y actualmente, casi 20 años después, reveló con Fox Sports cómo sufrió aquel viaje para reportar por primera vez con América para el Apertura 2003 de la mano de Leo Beenhakker.

“Tenía que presentarme en la pretemporaday el vuelo que me había conseguido el club eraMontevideo -Buenos Aires – Miami – Ciudad de México. Estaba con el champagne ylos canapés, empezarona traer el vino, el agua y yo empecé a sentir un olor a quemado…”., comenzó el delantero.

El uruguayo, quien siempre padeció de aerofobia, amplió: “Luego la azafata empezó a hablar en inglés para explicar qué era, yo estaba tratando de cachar algo y al lado de mí vino una niña de 14 años que empieza a llorar. Se abrazó a su mamáy, cuando pasóla azafata por allado, le pedíuna explicación. Me dijoque se había prendidofuegoun motor y queiban a intentaruna maniobra parahacer un aterrizaje forzoso en Asunción”.

El Loco detalló la pesadilla que siguió a ese episodio: “Yo siempre elijo la ventanilla porque me da cierta seguridad ir viendo, inconscientemente me relaja, y esa vez me tocó en el medio. Me asoméy vibomberos y ambulancias, luces de todos los colores… Aterrizamos y nos echaron agua por todos lados, nos salimos por el tobogán”.

Y el remate de Abreu lo es todo: “Pasaron los nervios, nos pusieron a todos en un hotel de Asunción y salíamos al día siguiente a las 11 de la mañana. Volvimos al aeropuerto, íbamos las mismas personas en los mismos asientos,y me explicóla azafata que cambiaron el avión. Yo el día anterior de los nervios iba con un chicle, el cual había pegado abajo, de repente manoteéy ¡me encontré con mi chicle! ¡Entonces era el mismo, no lo habían cambiado!”.

Cuando convenció a Josep Guardiola de ir a Dorados: