El Club América no perdió ritmo en la Fecha FIFA: viajó a Estados Unidos para un amistoso y mantener la máquina a punto. Con el torneo en marcha y el Clásico a la vuelta de la esquina, cada minuto se usa para ajustar detalles finos y medir sociedades.
Dentro de ese plan, Allan Saint-Maximin recibió una prueba de fuego: titularidad y libertad para acelerar por fuera y por dentro. La consigna fue simple: desborde, uno contra uno y agresividad de cara al arco. El americanismo lo sintió de inmediato.
El misil que reventó el poste y levantó al americanismo
Al minuto 8, Saint-Maximin demostró aceleración y potencia: conducción larga, recorte corto y disparo seco desde la media luna. La pelota besó el poste con violencia y salió. No fue gol, pero el aviso dejó huella: cambio de ritmo, pegada y confianza para forzar errores.
La jugada explicó por qué el francés ilusiona: rompe líneas sin ayuda, genera ventaja en el primer control y finaliza con convicción. En una noche pensada para probar, quedó claro que su amenaza cambia el mapa defensivo rival.
¿Titular en el Clásico? La decisión que cocina Jardine
La evaluación incluye carga física, respuesta en alta intensidad y química con los de arriba. Jardine medirá si el francés está para iniciar en el Clásico Nacional o si impacta mejor entrando desde el banquillo para atacar espacios abiertos.
La competencia interna aprieta. Brian Rodríguez vive un gran momento y su perfil también garantiza desborde. Cualquiera de los dos ofrece profundidad y desequilibrio; la elección dependerá del plan de partido y de cómo América quiera golpear primero.