El Club América y su afición cuentan los días para dejar atrás el Estadio Azulcrema y volver a un coloso a la altura de su historia. La espera ha sido larga, con un inmueble provisional que nunca terminó de conectar y que evidenció límites logísticos, de visibilidad y de confort.

En paralelo, los renders definitivos de la remodelación del Estadio Azteca empezaron a circular y encendieron debate: tecnología de punta, hospitality de primer mundo y una piel completamente renovada… pero con una decisión que toca fibras del americanismo.

Los escudos se van: una identidad clásica

En las imágenes filtradas, los míticos escudos del América dibujados en las gradas desaparecen. En su lugar, domina la marca comercial que patrocina la obra, con un sistema cromático homogéneo y señalética de alto impacto. El objetivo es claro: unificar lenguaje visual, monetizar superficies y alinear toda la experiencia al nuevo naming.

El resultado luce espectacular con los accesos, pantallas, pero sacrifica un emblema emocional: esas curvas de color que, por décadas, hicieron reconocible al estadio incluso vacío. Es el precio de la modernidad: más ingresos, más comodidad… y menos símbolos tradicionales.

¿Cuándo vuelve el América al Azteca?

El cronograma proyecta cierre de obra hacia inicios de 2026, con la Selección Mexicana como primera ocupante en el evento inaugural. Para el América, el regreso operativo apuntaría a mitad de 2026.

Implica una transición final desde el Azulcrema, ajustes logísticos de abonados y una operación de “vuelta a casa” que el club planea capitalizar en taquilla, matchday y experiencia digital en día de partido.