El estadio azulcrema ha sido un vía crucis: inmueble envejecido, accesos complicados y hasta un partido a puerta cerrada por decisión de la alcaldía. Con ese telón de fondo, en Coapa cuentan los días para volver al Coloso de Santa Úrsula, hoy en plena transformación.
Mientras el equipo compite y resuelve lo urgente, la afición mira hacia adelante. Render tras render, crece la expectativa por cómo lucirá la casa del más ganador de México cuando las obras concluyan y el inmueble adopte su nueva piel comercial.
¿Cómo lucirá el Azteca cuando el América vuelva?
Los avances conceptuales muestran un estadio con identidad renovada: predominio de tonos rojos por el patrocinio principal, butacas nuevas, un túnel de acceso central para las salidas al campo, reubicación y aumento de palcos, y anillos de pantallas LED a media altura para información y animación del público.
Para el americanismo, esto significa una atmósfera más envolvente y una operación más eficiente: flujos de acceso claros, señalética unificada y un show de partido que eleva la energía del estadio. El reto será trasladar esa promesa del render a la realidad, con logística y servicio a la altura de la marca.
¿Cuándo podría ser el regreso?
El calendario proyectado apunta a una conclusión de obra hacia el primer trimestre de 2026. Antes de que el América pise de nuevo su cancha, se prevé un evento de Selección para cortar el listón y validar la operación. El plan que hoy corre en Coapa mira al Apertura 2026 como ventana realista para el retorno.
En lo deportivo, mantener al equipo compitiendo arriba mientras llega la mudanza es prioridad uno. En lo institucional, blindar la experiencia del aficionado y los ingresos asociados hasta el reencuentro con Santa Úrsula es tarea de todos los días.