Se bajó la cortina del mercado del Apertura 2025 y en Coapa quedó una verdad incómoda: faltó un ‘5’ para blindar el eje. El club fue proactivo al inicio y cerró piezas clave con Allan Saint-Maximin como fichaje premium, pero el rompecabezas quedó con un hueco en la contención.

La directiva empujó escenarios, evaluó salidas y tanteó perfiles, pero el tiempo y el cupo de extranjeros jugaron en contra. Resultado: plantel potente, sí, aunque sin ese volante ancla que habría terminado de equilibrar alturas y sostener bloque alto sin sobresaltos.

¿Qué ‘5’ quería el América y por qué nunca llegó?

La ruta fue clara: sumar un contención de jerarquía para acompañar a Álvaro Fidalgo y liberar a los atacantes. Con el límite de plazas extranjeras completo, cualquier llegada exigía una salida que no se concretó. El margen se agotó y la operación se enfrió cuando el reloj ya apretaba.

El diagnóstico interno fue quirúrgico: el equipo domina tramos largos con balón, pero necesita un apagafuegos que gane duelos, tape espaldas y acelere la segunda jugada. Sin venta, no hubo registro. Y ahí entró el pizarrón.

El plan B que ordena a Coapa: la reconversión de Israel Reyes

Israel Reyes pasó de central y lateral a volante de contención. Su lectura para saltar a la presión, pie limpio y timing en cobertura le dan al América lo que el mercado negó. Con él, Fidalgo puede tomar alturas y activar al tridente sin desvestir la retaguardia.

La clave está en la mecánica: Reyes como primer pase y barrido, Fidalgo como conector de ritmos, y arriba movilidad total para castigar intervalos. Menos luces, más estructura.