El día del juicio llegó para Santiago Solari. América se metió esta noche a la cancha del Estadio Olímpico Universitario para enfrentarse a Pumas en el Clásico Capitalino a sabiendas de que un resultado negativo significaría el final del ciclo del estratega argentino. A razón de eso, en juego había más que tres puntos y el orgullo de la ciudad.

A sabiendas de que esta significaba su última oportunidad para intentar enderezar el rumbo, el Indiecito hizo varios movimientos en su oncena. Hombres como Naveda, Fuentes, Fidalgo y Silva volvieron a la titularidad; Otero fue de inicio junto con Viñas en el ataque. No había mañana y Solari lo sabía.

 

En el campo, América empezaba con más ímpetu que la Universidad y merodeaba el área auriazul con sensación de peligro. Diego Valdés fue el primero en tener la oportunidad de abrir el marcador cuando robó una pelota en la salida universitaria, se fue franco hacia el arco de Talavera y cuando parecía que marcaría el primer tanto de la noche, disparó justo a la ubicación del arquero felino. Los Millonetas perdonaban.

El propio Valdés y Jorge Sánchez volvieron  a tocar a la puerta local, pero no tuvieron la frialdad para poder definir mejor, por lo que se quedaron con las ganas de poner a los de Coapa en ventaja. Al medio tiempo el empate sin goles prevalecía, por lo que se esperaba que las emociones llegarán en el complemento. 45 minutos cruciales para América y su director técnico.

Para el complemento, las Águilas intentaban más, aunque con muy poca claridad. Otero iba una y otra vez por derecha, pero no lograban desbordar no generar desequilibrio real por su costado. Fuera de eso, el partido navegaba entre faltas de ambos lados y constantes pausas que conforme avanzaba el reloj desesperaba a los aficionados.

El cronómetro seguía su paso y aunque América jugaba más tiempo en terreno de Pumas, era poco lo que disparaban al arco. La recta final se acercaba y Santiago Solari no modificaba la oncena con la que empezó el partido pese al desgaste del mismo. El cierre a matar o morir se acercaba y la tensión crecía segundo a segundo.

A 10 minutos minutos del final, el panorama parecía aclararse un poco para los de Coapa. Corazón, de reciente ingreso al campo, vio dos tarjetas amarillas en un lapso corto. Pumas se quedaba con un hombre menos y ahora sí, Solari modificaba a sabiendas de que era la oportunidad de apretar por los tres puntos. Roger Martínez era la apuesta.

Al final, nada para nadie. América no supo aprovechar el hombre de más y tuvo que conformarse con un empate que sabe a poco. La crisis sigue en Coapa, mientras que Solari espera la resolución del directiva.

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