Miguel Layún se ha convertido en uno de los refuerzos más sonados en lo que va del mercado de pases. El regreso del jugador para su segunda etapa en América ha generado distintas reacciones; sin embargo, uno de los cuestionamientos más importantes tuvo que ver con la relación que llevaría con Guillermo Ochoa.
Al respecto, el propio Layún se encargó de despejar todas las dudas y afirmó que su relación con el arquero de las Águilas es buena y que en su momento todo se trató de un malentendido al señalar que en el Tricolor lo habían "apuñalado por la espalda".
“Con Memo (Ochoa) estoy bien. Se especuló mucho por aquella declaración que yo hice y la gente ni siquiera sabe a quien iba dirigida. Acepto mi culpa porque no fui claro. Simplemente no tiene nada que ver con ningún jugador, fue una declaración donde después lo hablé con quien se tenía que hablar y quedó todo aclarado. Lo mandé porque a mí también me llegó un mensaje de rebote y no me gustó. Me faltó claridad y asumo mi responsabilidad de no decir con punto y coma para quien iba dirigido o hablarle directamente a esa persona. Se especuló que tenía que ver con compañeros y no fue con Memo ni con nadie del equipo. Es bueno poder aclarar que mi declaración de ese momento no tenía que ver con Memo Ochoa, no tengo ningún problema, él no tiene problema conmigo, compartimos muchas cosas en común, hay otras en las que pensamos distinto, pero tenemos la facilidad de expresar lo que pensamos y la relación es bastante buena. Él es el capitán y voy a darle todo lo que pueda ofrecer para sumarle al equipo y que eso le de otro hombro donde recargarse para liderar y guiar al equipo en busca de los objetivos que tenemos”, explicó.
Respecto al rol que pretender jugar en el vestidor americanista, Miguel se dijo dispuesto a compartir su experiencia y ser uno más en la búsqueda de objetivos grupales.
“He tenido oportunidad de convivir y compartir cancha con todos como compañero y rival. Lo poco que he podido palpar es que son grandes personas. Obviamente es natural que yo soy quien llega a entender la dinámica del grupo, pero la intención es aportar, ser fiel a lo que soy. Respeto los roles y lo que cada quien aporta y voy con la idea de sumar a lo bien que hacen las cosas los líderes que tiene este plantel, obviamente el cuerpo técnico que tiene bastante jerarquía. Van siendo los engranes que hacen funcionar la máquina y vengo a ser un engrane más, compartir todo lo que sea necesario. Soy demasiado competitivo, me gusta ganar, soy exigente conmigo mismo y me gusta que todos estemos lo mejor posible. Parte de lo que representa ser un líder no es llegar a sombrerazos y gritos, es poner un ejemplo de lo que puedes aportar y eso es lo que quiero hacer. No pretendo más que llegar a liderar con el ejemplo y cuando me toque recibir correcciones, aceptarlas para que esto funcione. Al final, es un fin colectivo, no personal”, compartió a Fox Sports.
Finalmente, Layún dejó claro que su idea es predicar con el ejemplo y advirtió que no va a ponerle las cosas sencillas a nadie a la hora de competir por un lugar.
“Para trasmitir lo primero es hacerlo. Veo imposible que alguien pueda transmitir algo que no hace. Si en el GPS aparece que mis compañeros corrieron cinco kilómetros y yo dos, no se puede, tiene que ir de la mano una cosa con la otra. La verdad me considero percibir las cosas que suceden alrededor mío, ver cómo están mis compañeros. Son dos cosas muy simples: lo que voy a hacer y la competencia. No pienso regalarle nada a nadie y no por eso significa que le voy a poner cara a nadie; siempre estoy abierto a todo mundo con quien comparta mi vida, con mis compañeros lo haré y estoy abierto a lo que necesiten de mi parte, pero eso no significa que en la cancha, por más bien que me caigan, si me toca competir el puesto con alguien no le pienso regalar un centímetro y se la voy a poner complicada. Esa exigencia al final se contagia porque no te puedes dormir en un equipo como América, nadie quiere quedarse rezagado, todos queremos jugar y competir”, cerró.