La Copa Sudamericana 2007 era la oportunidad de las Águilas del América para imponerse de una vez por todas ante el futbol del Cono Sur, luego de haber llegado, por ejemplo, a la semifinal de la Copa Libertadores 2000, instancia en la que enfrentó al Boca Juniors. Pero esta vez, en la final, el rival era el modesto Arsenal de Sarandí de ni más ni menos que Julio Grondona, parentesco que, por ser argentinos, Lucas Castromán y Daniel Brailovsky, sabían de qué se trataba.
El directivo que supo ser vicepresidente de la FIFA y presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) entre 1979 y 2014, modificó sobre la marcha en el certamen organizado por Conmebol, el valor del gol convertido en condición de visitante, quedándose en Coapa, de esta manera, con las manos vacías.
Sin embargo, más allá del detalle citado que no fue para nada menor, Lucas Castromán cree que el estratega de ese entonces de las Águilas del América Daniel Brailovsky, tuvo responsabilidad con la toma de decisiones, pensamiento que no tuvo problemas en exteriorizarlo en una entrevista.
“Para mí esa final la perdió nuestro técnico. Y los futbolistas, obvio, entre los que me incluyo. Que no te levanten una bandera o te cobren un penal raro son cosas del futbol. Pero a mi criterio el técnico tendría que haber hecho cambios antes. Puede ser que haya habido alguna cosita a favor de Arsenal, pero fue meritorio su triunfo. La autocrítica tiene que estar siempre”, señaló el exdelantero.
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Por otra parte, se hizo cargo de la expulsión que sufrió en aquella final de vuelta que se disputó en el estadio del Racing Club: “Había hecho una entrada en calor de 75 ú 80 minutos y todo ese enojo y bronca que tenía con el técnico lo despotriqué contra el árbitro. Me fui expulsado en menos de un minuto y medio con la final perdida. Le pedí disculpas por putearlo y por haberle dicho que le habían puesto guita y no sé qué otra barbaridad. Le expliqué que estaba con las pulsaciones a mil. Me entendió y me dieron solo dos fechas”.