Cuando las pulsaciones están a mil y la frustración por no obtener un objetivo por el cual se peleó durante todo un año está recién salida del horno, el ambiente suele ser mucho más susceptible y propenso a los problemas. Eso es lo que habría sucedido una vez finalizado el encuentro entre las Águilas del América y los Rayados de Monterrey por la final de la Concacaf Champions League 2021.
Es que los futbolistas azulcremas apenas recibieron su medalla de subcampeón continental, decidieron fugarse del centro de la escena para evitar tener que ser espectadores de lujo de la celebración de los dirigidos por Javier Aguirre que, con el 1 a 0, se llevaron el boleto para ser uno de los participantes de la próxima edición del Mundial de Clubes de la FIFA.
¿Qué pasó acto seguido? Santiago Solari exigió a los integrantes de su equipo del América de una manera un tanto visible para todos los presentes incluidos, por supuesto, los medios de comunicación, que permanecieran en el campo de juego como señal de respeto para sus rivales que acababan de convertirse en los campeones.
Esa actitud, de acuerdo a El Francotirador del periódico RÉCORD, habría molestado a los jugadores de las Águilas que, en teoría, sintieron que el Indiecito los expuso con sus gestos, los cuales dejaron más que en evidencia qué era lo que estaba transcurriendo en la zona entre uno de los bancos de suplentes y el túnel que conduce a los camarines.
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Por otra parte, esa misma secuencia, habría generado una percepción absolutamente equidistante en la directiva del Club América y sobre todo en Emilio Azcárraga, conforme a la columna anteriormente citada. Es más, el argentino, con sus modos, habría ratificado su cargo como timonel del elenco principal varonil de la institución de Coapa.