Este viernes, se cumplen 10 años de aquel 26 de mayo del 2013, fecha en la que América venció a Cruz Azul en una Final histórica y que quedó para el recuerdo por todas las circunstancias que la envolvieron y que a la fecha sigue en la memoria de los pocos sobrevivientes que actualmente siguen en la institución.

En ese momento, el hoy presidente deportivo Santiago Baños, era auxiliar técnico de Miguel Herrera y aseguró que esta clase de encuentros se viven diferente porque desde la cancha existe la posibilidad de hacer o sugerir modificaciones, mientras que en el palco directivo se convierte en un aficionado más.

Se vive diferente, te pones más nervioso en el palco, estando en la cancha tienes relación más cercana con cuerpo técnico y jugadores, puedes ajustar y modificar. Arriba eres un aficionado más, entonces es más complicado, es más difícil manejar los momentos anímicos. Así es esto, nos ha tocado ser campeón en la parte directiva, quedarnos fuera en Liguillas y duele mucho. Tienes que aprender poco a poco a mantener sentimientos y emociones. Al final todos trabajamos para obtener otro título”, dijo el dirigente.

Los dos momentos cumbre de la Final tuvieron como protagonistas a Moisés Muñoz y Miguel Layún, el segundo por anotar el penalti definitivo que le dio el campeonato a las Águilas, pero que curiosamente, no recuerda el entorno del momento dado el trabajo psicológico que hizo con la doctora Claudia Rivas, quien le ayudó a superar una de las etapas más difíciles de su carrera.

LAYÚN NO ESCUCHÓ A LA GENTE

“Me imagino que cada uno tiene una historia de cuando me vio caminar acorde a lo que yo vivía en ese momento y la situación en mi entorno de que era lo que yo podía estar pensando. Lo más curioso es que yo nunca pensé cuando iba caminando a patear el penal. Era tanto el trabajo que habíamos hecho Claudia (Rivas) y yo que estaba tan enfocado en una sola cosa que era meter ese penal que yo no sé decir hoy si la gente me abucheaba, coreaba mi nombre, si cantaba la gente o estaba en silencio, no sé que pasaba en mi entorno, mi único foco desde que salí caminando del medio campo era la pelota y donde iba a patear el balón, era lo único que me pasaba por la cabeza. Creo que a veces, cuando uno logra estar en ese momento y lo vive completamente, definitivamente no pasa nada en tu entorno, quedas solo tú y el momento. No pensé en nada, solamente iba viendo la pelota y pensaba que iba a patear cruzado, lo más fuerte posible”, sentenció.

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