El momento que América tanto esperó llegó la noche de este sábado. Los azulcremas tenían por delante la posibilidad de meterse de manera directa a la Liguilla e incluso, terminar como tercer lugar general en caso de no perder contra Cruz Azul, lo que serviría de cierta forma para terminar de borrar el trago amargo de la crisis deportiva que atravesaron hace poco más de un mes.

La ausencia de Roger Martínez fue una de las encrucijadas a resolver por Fernando Ortiz, quien parecía que lo reemplazaría con Salvador Reyes, pero al final fue Pedro Aquino quien fue de inicio para jugar en el medio campo con Richard Sánchez, mientras que Álvaro Fidalgo se recargó al costado izquierdo.

 

El trámite del partido resultó disputado y no era para menos, el ganador se metería directamente a la fiesta grande, incluso, a los Millonetas les bastaba con el empate, por lo que la necesidad y urgencia estaba un tanto más recargada al bando celeste, que se plantaba con línea de cinco en el campo.

Pocas emociones se presentaron en los primeros 45 minutos. Por momentos ambos metieron fuerte la pierna, intercambiaron empujones y vieron tarjetas amarillas, pero el marcador no se movía. Al descanso todo estaba sin goles, con un complemento por delante que sería a matar o morir.

En el segundo tiempo, América jugaba más tiempo en el área cementera y se quedó a nada del gol en un tiro de esquina donde Sebastián Cáceres se agregó al ataque, conectó con la cabeza y mandó la bola directo al larguero. En el rebote, Sebastián Jurado reaccionó a puro reflejo para evitar la caída de su arco.

Minutos después, el momento de aparecer llegó para Guillermo Ochoa. Jorge Sánchez y Bruno Valdez perdieron la pelota en campo propio y dejaron la mesa puesta para la escapada de Uriel Antuna. El Brujo se metió sin marca al área e intentó picarle la bola a Memo, pero el arquero no se venció, estiró los brazos y mantuvo el cero.

Al tiempo cumplido todo permanecía sin movimientos en el electrónico y la tensión que se respiraba en Santa Úrsula estaba al máximo. Cualquier detalle podría cambiar el juego, principalmente para un América que acariciaba el tercer lugar general con la igualada e incluso, sobre la hora, lo pudo ganar cuando Bruno Valdez cabeceó en el área celeste y el poste le negó la anotación.

Al final, América se quedó con las ganas de romper con la racha de juegos sin ganar en el Clásico Joven, pero terminó con un empate que le supo a gloria porque el boleto directo a la Liguilla se quedó en Coapa.