Cuando Luis Roberto Alves nació el 23 de mayo de 1967 en la Ciudad de México, su padre, José Alves, ya era un ídolo del América.

El famoso Lobo Solitario fue uno de los primeros grandes fichajes extranjeros con los que el empresario Emilio ‘Tigre’ Azcárraga hizo de las Águilas el antagónico ideal para contrarrestar el dominio y nacionalismo del Guadalajara campeonísimo de los años 50 y 60.

“Yo tuve la fortuna de tener un padre que jugó 10 años en el club y que entendió perfectamente cuál era el proyecto del América”, presume con orgullo Zague quien el pasado 19 de enero compartió por Twitter la noticia de que su padre había fallecido a la edad de 86 años.

 

En ese tweet, Zaguiño definió a su padre como “un hombre cabal, amoroso y siempre dispuesto a ayudar”.

Miles de retweets, comentarios y me gusta valieron como homenaje para el legendario bahiano y de confort para su hijo, ambos goleadores históricos del Club América.

A cinco meses de la partida del gran Lobo Solitario y con motivo del día del padre, Zaguinho comparte tres anécdotas de su héroe, su ídolo.

Mis cuentos de cuna no eran de Superman, ni del hombre de hierro, ni de Batman, eran de los clásicos, de cómo mi papá salía de CU con sus zapatos en las manos, porque entonces era la casa del América antes de que existiera el estadio Azteca, y tenía que enfrentarse con aficionados que les querían quitar los zapatos, los querían molestar, era complicado, apuntó Luis Roberto.

Que nos canten Guadalajara

Al inicio de la temporada 1965-66, las Chivas dominaban el plano nacional con siete títulos deliga en la era profesional. Los Cremas no tenían ninguno, pero para esa campaña contaban con cuatro fenomenales jugadores brasileños de ataque: Moacyr, Arlindo, Vavá y Zague.

En la segunda vuelta de la campaña 1965-66, el América venció 2-1 al Guadalajara, que era el campeón defensor, con ese resultado se trepó al liderato y semanas después terminó consagrándose campeón. El Lobo Solitario fue líder de goleo en ese torneo con 20 dianas.

“Cuando fueron campeones superando a ese Guadalajara que dominaba, y raíz de eso ganan el primer título de la era profesional en 1965-66, van a una taquería a Insurgentes donde los integrantes de la agrupación musical que tocaba eran sumamente aficionados del Guadalajara; cada vez que ellos iban a comer tacos, y me refiero a mi papá, Arlindo y Vavá, los molestaban siempre con la canción de 'Guadalajara, Guadalajara', pero cuando salieron campeones, mi papá, Arlindo y Vavá les pagaron para que tocaran toda la noche 'Guadalajara, Guadalajara' cuando el América acababa de salir campeón.

Rabia por una playera del América

Tras terminar su compromiso en México con los Cremas, José Alves y su familia regresaron a Brasil donde Luis Roberto comenzó a jugar futbol. Su padre era una leyenda del América que a mediados de la temporada 1980-81 fichó a un delantero brasileño llamado Geraldo Francisco dos Santos, mejor conocido como Zizinho, padre de Giovani y Jonathan dos Santos.

Zizinho tenía en Brasil a un hermano menor al que le enviaba ropa de entrenamiento y de juego del América; ese muchacho era conocido de Zaguinho quien al verle las prendas se moría de envidia.

Luis Roberto le rogaba a su padre que le consiguiera ropa de los azulcremas, aprovechando el gran prestigio que dejó en el club, pero el Lobo Solitario nunca quiso sacar provecho de ello.

 

“En mis inicios como futbolista yo jugaba futbol de salón, futsal como se conoce, yo jugué muchos años con el tío de Giovani, hermano menor de Zizinho quien en aquella época ya estaba jugando acá en el América; me acuerdo que éramos rivales, yo jugaba en el Corinthians y él en el Palmeiras, y me acuerdo que nos convocaron para una selección estatal para jugar el campeonato brasileño de futsal. Yo tenía 12 o 13 años y me acuerdo que Zizinho le mandaba ropa del América a su hermano, los pants del América, la playera del América, y eso me daba un coraje, me daba una rabia. ¿Por qué este cuate, Nico, tiene la ropa del América y yo no puedo tenerla si mi padre jugó tantos años acá? Yo le decía a mi papá háblale a tus amigos -inclusive estaba Panchito Hernández, tanta gente conocida-, para que me manden algo, pero mi papá siempre fue de un perfil también tranquilo, y me decía ‘no te preocupes, algún día vas a tener una playera del América’ y se reía”.

León Negro no, Águila sí

Hoy Zague es el máximo anotador en la historia de América con 192 goles, pero la historia pudo haber sido muy distinta. ¿Se imaginan vestido con el uniforme a rayas verticales de los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara? Así pudo haber sido, pero su padre decretó que su hijo seguiría sus pasos como figura del americanismo.

“Me querían traer a Guadalajara, para el equipo de la U. de G., porque Nicola Gravina, excompañero de mi padre, que jugaron juntos, estaba radicando en Guadalajara y ya estaba en esos terrenos de ser empresario y ya había traído brasileños de renombre como Amaral, Nené, Eusebio, jugadores importantes, pero mi papá dijo: ‘si mi hijo va al futbol mexicano, al equipo que va a ir se llama América’”, culminó.