El episodio más incómodo del torneo llegó sin aviso: la alcaldía Benito Juárez cerró el Estadio Azulcrema y obligó a jugar ante Pachuca a puerta cerrada, con cerca del 90% del boletaje ya vendido.
Tras la tormenta, hubo mesa de diálogo y acuerdo: seguridad, accesos y logística con nuevas reglas para evitar otro portazo. En el radar del club estuvo la opción de mudarse de inmediato; sin embargo, en Coapa eligieron la ruta conservadora y explican por qué.
¿Por qué no se movió? La logística que pesa más que cualquier sede
De acuerdo con Víctor Díaz de ESPN, la directiva valoró alternativas, pero el costo operativo de salir de CDMX cada fin de semana incluso para “local” se disparaba: más viajes, menos recuperación, y fricción con la afición abonada. El plantel necesita estabilidad y el Estadio Azulcrema, con reglas claras, la ofrece.
En paralelo, Puebla, Querétaro o Zacatepec estuvieron sobre la mesa, pero trasladar una temporada, no un partido, implica rehacer calendarios, operativos y patrocinios. El club prioriza blindar el rendimiento y la experiencia de la afición sin desarmar la semana de trabajo.
¿Cuándo vuelve al Azteca? La fecha que maneja la directiva
El plan maestro no cambia: la remodelación del Coloso avanza con miras a 2026. La reapertura sería primero para un juego de la Selección Mexicana y, después del Mundial, América regresaría para el Apertura 2026. Hasta entonces, la misión es convertir el Azulcrema en una fortaleza funcional y sin sobresaltos.
En el Nido asumen que el margen de error es mínimo: el equipo compite por la cima y no puede regalar ventaja por asuntos extra cancha. El acuerdo con la alcaldía busca que la historia no se repita. Si el engranaje logístico se sostiene, el resto corre por cuenta del once de Jardine.