El Club América viene de semanas tensas por los roces con la alcaldía Benito Juárez alrededor del Estadio Azulcrema. El cierre del inmueble en el juego ante Pachuca dejó una pérdida estimada de 7 millones de pesos y una lección: el matchday no puede estar a merced de decisiones administrativas de último minuto.

Tras una negociación acelerada, club y alcaldía cerraron un acuerdo y pusieron en marcha un nuevo protocolo de seguridad y movilidad para garantizar la operación continua de los partidos y certidumbre para afición y proveedores.

¿Qué cambia desde hoy? El operativo ya está activo

De acuerdo con el plan acordado, ya no se cerrarán vialidades aledañas de forma generalizada. En su lugar, se aplicarán cordones preventivos dinámicos, control de flujo peatonal, áreas de carga y descarga delimitadas y revisión de riesgos en tiempo real. La prioridad es evitar cuellos de botella sin comprometer la seguridad.

Este ajuste forma parte de seis puntos pactados con la alcaldía: coordinación de tránsito, tiempos de apertura de puertas, señalética temporal, rutas para transporte público y taxis de plataforma, y un canal único de comando y control entre club y autoridades durante el evento.

Clásico Nacional: la primera gran prueba de estrés

El nuevo protocolo tendrá su examen mayor este sábado 13 de septiembre, 21:15, tiempo del centro de México, con el Clásico Nacional. Se proyecta un llenazo de 30 mil asistentes, máxima demanda de accesos y picos de afluencia previos al arranque y al final del partido.

Para América, el objetivo es simple: partido abierto, estadio abierto. Si el operativo fluye, el club asegura taquilla, experiencia de afición y continuidad de calendario; si falla, vuelve la incertidumbre y el costo reputacional. La consigna interna: ejecución milimétrica y comunicación al minuto.