El Clásico Nacional dejó un golpe deportivo y otro estructural en Coapa. América arrancó con mejores sensaciones, pero el libreto cambió tras el descanso: Álvaro Fidalgo no volvió a la cancha y el equipo perdió pulso en la zona donde se explican los partidos grandes.

En conferencia, André Jardine fue transparente al identificar el punto de quiebre: sin su 8, el Ave perdió timing y claridad para acelerar o pausar. En duelos cerrados, no tener a tu metrónomo multiplica el margen de error.

El punto de quiebre que vio Jardine sin Fidalgo

“La lesión de Fidalgo nos lleva por otro lugar; no tenemos un jugador igual”, reconoció Jardine. La decisión de añadir profundidad por fuera funcionó a ratos, pero sin el español faltó el pase que limpia la primera presión y ordena la posesión. El equipo se volvió más directo y, por ende, más predecible.

¿Qué se sabe del golpe y los tiempos de regreso?

De acuerdo con la información disponible, lo de Fidalgo apunta a golpe con evolución día a día. Hubo estudios preventivos y el pronóstico es optimista: si no hay contratiempos, podría estar para la jornada 9.

En el playbook de Jardine, la variable Fidalgo define el plan A y el plan B. Con él, América manda desde la pelota; sin él, necesita verticalidad quirúrgica y un interior que supla lectura y pausas.