En el América no hay zonas grises: compites a tope o te quedas fuera. La plantilla de André Jardine vive una presión diaria que no perdona distracciones, y Alexis Gutiérrez, uno de los fichajes más costosos del torneo, hoy lo padece en carne propia.
Mientras el Clásico Nacional se jugaba a 200 pulsaciones, Alexis Gutiérrez no apareció ni en la banca. Y lo que trascendió en redes encendió al americanismo: imágenes del mediocampista en un evento de lucha libre durante el partido. El dato duele porque el estándar del Nido es otro.
¿Qué pasó con Gutiérrez y por qué no cuenta para Jardine?
La lectura deportiva es clara: no entra en la rotación. Más allá de su precio, Jardine ha priorizado jerarquía y respuesta inmediata. El ex Cruz Azul no arranca, no suma minutos y, según versiones, ni siquiera fue considerado para el Clásico por decisión técnica. En ese contexto, ver al jugador lejos del estadio el mismo día del partido escaló la molestia.
El contraste es inevitable: referentes como Henry Martín o Néstor Araujo suelen asistir aun cuando no están citados. En Coapa eso se interpreta como compromiso con el grupo y el proyecto. La ausencia de Gutiérrez cae mal en la grada.
Gutiérrez le pidió a Jardine más juego
En la semana previa, y de acuerdo con lo que se difundió, Gutiérrez habría pedido minutos a Jardine durante una convivencia interna. La respuesta del DT fue el diagnóstico más duro: otra vez fuera de la convocatoria. El mensaje es inequívoco: en el América se juega por mérito y rendimiento, no por etiqueta de “refuerzo”.
Si el mediocampista quiere entrar en el radar, deberá cambiar la narrativa en cancha. Trabajo invisible, intensidad sin balón y lectura de juego; ese es el boleto de entrada al modelo Jardine. En el Nido la ecuación es simple: primero compites, luego conversas.