El misterio que rodeaba a Víctor Dávila en Coapa finalmente ha dado un giro inesperado. Tras ausentarse de la pretemporada desde el pasado 17 de diciembre sin una explicación oficial, el atacante chileno reapareció este 28 de diciembre entrenando al parejo del grupo; sin embargo, su estancia en el Nido pende de un hilo que involucra millones de dólares y una negociación de último minuto que nadie vio venir.

Aunque el delantero ya trabaja bajo el mando de André Jardine, la directiva azulcrema baraja una salida relámpago que ha dejado a la afición con más preguntas que respuestas. La urgencia por liberar una plaza de extranjero (NFM) ha puesto a Santiago Baños en una encrucijada donde el dinero es el mayor obstáculo, obligando al club a plantearse un movimiento financiero que pocos entenderían en un equipo de esta jerarquía.

El millonario ‘estorbo’ que frena la salida de Víctor Dávila

De acuerdo con información de Azteca Deportes, el Club León ha levantado la mano con fuerza para repatriar a Dávila de cara al Clausura 2026. Sin embargo, lo que parecía una operación sencilla se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza financiero para el conjunto esmeralda, que se declaró incapaz de cubrir las exigencias económicas del futbolista, dejando la pelota totalmente en la cancha de las Águilas.

El gran impedimento es el desorbitante sueldo del jugador. Según el portal Salary Sport, el chileno percibe más de un millón de dólares anuales, una cifra impagable para la realidad actual de la Fiera. Ante este escenario, el América estaría dispuesto a realizar un sacrificio inaudito: absorber una parte considerable del salario del futbolista para facilitar su préstamo. Es decir, el Nido pagaría para que uno de sus activos juegue en otro lado.

Este movimiento refleja la desesperación por renovar la nómina de extranjeros. Desprenderse de Dávila, incluso perdiendo dinero en el proceso, parece ser el precio que el Grupo Águila está dispuesto a pagar para abrir espacio a nuevos refuerzos. El tiempo se agota y el americanismo observa cómo la directiva debe “perder” en lo económico para intentar ganar en lo deportivo, en un mercado donde los errores del pasado hoy salen muy caros.