No cabe duda que la llegada de André Jardine al banquillo de América, ayudó a potenciar el estilo de juego que ya venían practicando las Águilas en sus dos anteriores procesos. Si bien, Fernando Ortiz ya había dejado las bases, el estratega brasileño acompañado de su cuerpo técnico perfeccionó a este América que actualmente lidera varios apartados estadísticos en el futbol mexicano.
Ante esto, en la actualidad el equipo ha conectado muy bien con su afición debido al grato estilo de juego que se pone en práctica en cada partido, el cual se basa en la largas posesiones de balón y ha dejado varios goles que pasarán a la historia de la institución.
Uno de los más recientes se dio ante Chivas en los octavos de final de ida de la Concachampions 2024. Ahí, Álvaro Fidalgo fue clave ya que se encargó de dar salida al equipo y posteriormente condujo hasta el área rival para acercar al equipo al arco de Oscar Walhey.
Finalmente, otro claro ejemplo de este vistoso futbol que está practicando el América de André Jardine, fue el marcado a New England Revolution en los cuartos de final de ida en la Concachampions 2024, donde los cremas se lucieron con 43 pases consecutivos antes de que Alejandro Zendejas mandara el balón al fondo de los redes.
El secreto de América detrás de sus vistosos goles con un sinfín de pases
Cabe señalar que estos goles de América, han superado las expectativas de un gran sector de la afición que criticó a André Jardine tras su arribo al club. Sin embargo, actualmente ha dejado muy en claro que es un estratega sumamente preparado para hacerse cargo de las Águilas. El claro ejemplo de ello, son las cesiones de entrenamiento que han salido a la luz en donde se puede apreciar el gran trabajo táctico que realiza día con día.
Previo al encuentro de la fecha 14 del Clausura 2024, América reveló su último entrenamiento en Coapa, en donde dejaron muy en claro el secreto detrás de esos goles donde el equipo hace varios pases sin perder la posesión. Derivado de esto, se puede llegar a decir que la clave está en trabajar en espacio reducidos, con una gran velocidad en los toques a pesar de la alta presión, simulando lo que los jugadores vivirían en un partido oficial.