El futbol mexicano no veía una promesa tan ruidosa en años como Gil Mora, surgido en Xolos y ya instalado en la conversación de Selección tras su irrupción en Copa Oro. Con ese ruido de fondo, muchos miran a Coapa como trampolín natural por su historial exportador y vidriera constante.
Entre ese deseo y la realidad apareció la voz que importa en Tijuana: Sebastián “Loco” Abreu. Preguntado por un posible interés del América, el DT encendió el debate con una frase que toca números, prioridades y mercado.
¿Gil Mora el último refuerzo del América?
En conferencia, Abreu fue directo cuando le plantearon si un club de Liga MX, América en específico, podría llevárselo: “No, acá no. Seguramente no, porque no lo van a poder pagar. ¿15 millones de dólares? Es un chingo de lana, ¿no? Está cabrón para pagar”, cerró el uruguayo.
Ese tiro de honestidad tiene implicaciones dobles. Para Xolos, es una forma de proteger activo y de marcar precio ante Europa. Para América, es la señal de que el fichaje requeriría una operación mayor de presupuesto.
América el mejor vendedor de México a Europa
El americanismo conoce la ruta: Edson Álvarez se fue al Ajax por una cifra superior a 15 MDD; antes y después llegaron ventas de Raúl Jiménez, Diego Reyes y Diego Lainez. Más que anécdotas, son precedentes que colocan al club como puente real hacia Europa cuando el perfil y el precio se alinean.
Ese historial explica por qué el debate aterriza en Coapa, pero también por qué no todo interés se convierte en compra. Entre timing, cupos y proyección, América suele invertir donde ve retorno deportivo y de mercado en el corto y mediano plazo.