El Clásico Nacional no entiende de amistosos, es una rivalidad diferente y esta tarde se celebró en Estados Unidos ante una gran entrada en el Cotton Bowl de Dallas, Texas. Esto fue bien entendido por un América que desde que rodó la pelota hizo gala de intensidad y producto de ello, fue la forma en la que encontró el primer gol de la tarde.

No había corrido ni un minuto de juego cuando los azulcremas ya la habían mandado a guardar. Pedro Aquino fue a apretar a Chivas desde su salida y consiguió ganar la pelota en una zona comprometida para el rival. De inmediato, la pelota robada para el peruano le cayó a un Federico Viñas que estaba solo en el área, por lo que tuvo tiempo y espacio para disparar potente de zurda; Raúl Gudiño no tuvo nada que hacer, vio como el esférico se iba entre sus piernas y los cremas celebraban.

 

El equipo de Coapa pudo incrementar la ventaja en un par de oportunidades. Primero fue Nicolás Benedetti el que quedó con ventaja frente al arco tapatío, pero su tiro se fue desviado. Posteriormente, Fernando Madrigal probó con potencia desde media distancia y aunque la bala blanca que salió de su pie tenía sello de gol, Gudiño alcanzó a manotear.

Poco antes del descanso, las Águilas se salvaron. Angulo se tuvo fe le pegó fuera del parea. Jiménez se había quedado parado ante la imposibilidad de llegarle al balón, pero el poste se interpuso para salvar a los Millonetas, por lo que se fueron al descanso con la ventaja en el marcador.

 

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Para el complemento, América se plantó bien en su cuadro bajo y fue menos insistente al ataque. Por momentos le cedió la iniciativa a un Guadalajara que jugaba más en campo azulcrema aunque sin conseguir generar verdaderas sensaciones de peligro sobre el arco de Óscar Jiménez.

En el agregado, Guadalajara tuvo el empate cuando Cisneros quedó mano a mano con Jiménez y no supo definir; por el contrario, Emilio Lara no perdonó al verse solo en el área y con un zurdazo, le rompió el arco a Miguel Jiménez para poner el 2-0 definitivo.