Fue el hábito de cada aficionado del América en los últimos días: ingresar al perfil de las Águilas en redes sociales y actualizar varias veces al día, con la esperanza de ver el anuncio del bombazo más importante de la Liga MX. Se tardó un poco más de lo esperado, pero al final la novela tuvo un final feliz y Allan Saint-Maximin se convirtió en nuevo refuerzo azulcrema.
La expectativa no necesitaba explicación, ni mucho menos. Es que el extremo francés es conocido por sus increíbles presentaciones con el Newcastle en la Premier League, donde fue un dolor de cabeza para los defensas de la elite de Europa y fue tendencia por los electrizantes desbordes por izquierda.
Si bien en sus últimas temporadas tuvo un leve declive en su nivel de juego, las condiciones de Allan Saint-Maximin no son tema de discusión. El nuevo fichaje americanista cuenta con velocidad, buen remate y una calidad técnica que se pierde de vista; sin embargo, hay cosas que la afición necesita conocer.
Es por eso que en Águilas Monumental platicamos en exclusiva con Mark Carruthers, periodista inglés de Four Four Two y especialista de la Premier League. El comunicador británico nos ilustra en su justa dimensión lo que significa tener a Allan Saint-Maximin y lo que aportaría al América.
A veces, un crack; otras, uno más
Nadie duda de la explosividad de un jugador como Saint-Maximin, que incluso ha destrozado defensas de la talla de la del Manchester City. En Inglaterra se cansó de hacer de las suyas por las bandas y ser tendencia por esa capacidad para generar peligro desde la inspiración individual.
Pero Mark Carruthers hace un importante llamado de atención, especialmente por lo que fue la etapa de Saint-Maximin en el Newcastle. El periodista inglés es tajante en cuanto a su valoración sobre el francés, a quien considera una figura que a veces le cuesta tener consistencia en su rendimiento.
“Saint-Maximin es espectáculo, improvisación, momentos inolvidables, pero también cierta inconsistencia y frustración. ¿Puedo decir las cinco cosas a partes iguales?”, explicó Mark Carruthers, quien subraya esa poca regularidad mostrada por el francés durante su paso por la Premier League.
Es por eso que relató un poco cuál ha sido esa sensación que deja el francés en la afición. “Habrá momentos en los que, al mirar a Allan, piensas que podría llegar a los mejores equipos del mundo gracias a los momentos de magia que puede generar“, dijo en el inicio de su intervención.
“Pero luego habrá partidos en los que será una figura sin impacto y te darás cuenta de por qué no ha alcanzado las alturas que esperarías de un jugador con su incuestionable habilidad”, detalló Mark Carruthers, quien considera que esa inconsistencia le impidió al francés llegar más lejos en su carrera.
Un showman con gol
Para nadie es un secreto la rigidez táctica que por momentos tiene André Jardine en sus partidos, lo que hace pensar que la magia de Saint-Maximin podría ser intrascendente. Sin embargo, Mark Carruthers sostiene que el hecho de que sea un showman no implica que no sea un jugador efectivo.
De hecho, el comunicador inglés detalla lo que fue el ciclo del ahora futbolista azulcrema en el Newcastle que dirigía Steve Bruce. Los números del extremo francés no son para nada despreciables, pues aportó una buena cantidad de goles en medio del espectáculo que ofrecía cada fin de semana en los campos de Inglaterra.
“Fue un showman, sin duda, pero no creo que eso signifique necesariamente que no fuera un atacante efectivo de cara a la portería. Un gran ejemplo fue durante el ciclo del exentrenador Steve Bruce, cuando el Newcastle tenía poca ambición y entusiasmo”, dijo Mark Carruthers.
“Allan marcó nueve goles y dio 14 asistencias en 65 partidos, lo que supone una contribución de un gol en casi cada tres partidos. Ser capaz de tener ese nivel de juego e impacto en un equipo que no lograba impresionar demuestra su eficacia en ataque”, expresó el periodista inglés.
Es así como la incorporación de Saint-Maximin representa un gran aporte para el ataque del América, que podría destrabar los partidos gracias al vértigo y buena pegada del francés. Pero el reto que tiene Jardine es conseguir que la magia del extremo no sea una cuestión de destellos, sino una constante en cada una de las presentaciones de las Águilas.