En días recientes se confirmó de manera oficial que Club América compró a Víctor Dávila de forma definitiva al CSKA de Moscú, luego de que el delantero chileno llegara en calidad de préstamo. El traspaso rondaría los 7 millones de dólares, cifra que ha causado sorpresa en buena parte de la afición azulcrema, especialmente por las múltiples críticas que ha recibido el futbolista a lo largo del torneo. Sin embargo, la compra del jugador no fue una decisión basada únicamente en su rendimiento, sino en una cláusula que ya estaba firmada desde el acuerdo inicial.

Aunque Dávila terminó como goleador del América en la fase regular del Clausura 2025, la percepción general no ha sido del todo positiva. Muchos cuestionaron la decisión de comprarlo, sin saber que, en realidad, el club ya tenía pactado ese movimiento desde hace varios meses, siempre y cuando se cumpliera una condición.

América tuvo que comprar a Víctor Dávila por obligación contractual

De acuerdo con la información del periodista Víctor Díaz de ESPN, en el acuerdo entre América y CSKA se incluyó una cláusula de compra obligatoria, que se activaría si Víctor Dávila superaba una determinada cantidad de minutos en el torneo. Ese objetivo fue cumplido por el delantero chileno, lo que automáticamente obligó al América a ejecutar la compra definitiva del jugador.

Esto explica porqué, más allá de las dudas sobre su estilo de juego, el club decidió quedarse con él. No fue una apuesta de último momento ni una reacción impulsiva de la directiva: fue una obligación contractual que se activó al haberse cumplido la condición pactada.

¿Justas o exageradas? Las críticas a Víctor Dávila en Coapa

A pesar de que fue el máximo goleador del América en la fase regular, con 7 anotaciones, el rendimiento de Dávila ha sido fuertemente cuestionado. Muchos aficionados y analistas lo acusan de “no influir en el juego” y de solo “empujar balones”. Pero la realidad es que saber estar en el lugar correcto y definir con efectividad también es una virtud, y más en un equipo donde la presión ofensiva es constante.

El reto ahora para el delantero chileno será demostrar en la Liguilla que puede ser más que un finalizador. De hacerlo, podría justificar cada dólar que el América tuvo que desembolsar por él.