El momento de matar o morir para América llegó la noche de este sábado. Las Águilas recibieron a Pumas con cuentas por saldar ante su gente por la manera en la que cerraron la fase regular y más aún, por la cara timorata y defensiva que exhibieron durante el juego de ida en Ciudad Universitaria.
Santiago Solari modificó su once con respecto al primer encuentro, Roger Martínez y Henry Martín fueron sus apuestas para tener un ataque con mayor presencia, cosa que dio un tanto de resultado cuando el colombiano logró colarse dentro del área felina, tiró un recorte al centro y se fue al suelo tras un contacto de Lira, que aunque dudoso, se señaló como penalti.
Emanuel Aguilera fue el encargado de cobrar, el defensa argentino tenía que hacer valer su etiqueta de ejecutor oficial y no falló. Su apuesta fue más por la colocación que por la potencia, por lo que tiró a la izquierda de un Alfredo Talavera que apostó por el otro lado y nada pudo hacer para evitar el tanto americanista.
Las Águilas todavía tuvieron el 2-0 cuando Henry Martín quedó mano a mano con Talavera, el bote de la pelota a su favor, de frente al arco y con todo a su merced; sin embargo, el Búfalo no logró ser contundente, disparó justo a la humanidad del cancerbero felino perdiéndose así una acción que terminarían por lamentar.
De a poco Pumas empezó a aparecer cada vez más en territorio americanista, sobre todo por la banda derecha en donde Alan Mozo encontró constantes errores de ubicación y recorridos tanto de Reyes como de Lainez. Así vino el tanto del empate, cuando el lateral felino sacó un centro que terminó por tomar dirección de arco en un bote que tomó por sorpresa a Ochoa, quien no tuvo más que ver como la bola se iba al fondo de su arco.
Los de Coapa estaban desconcertados y no encontraban forma de parar a unos Pumas que poco antes del descanso consiguieron un tanto que puso contra las cuerdas a los Millonetas. Alan Mozo nuevamente encontró ventajas por su parcela, tuvo el tiempo necesario para subir y sacar un centro que Washington Corozo conectó de cabeza para mandarla a guardar. La UNAM daba la vuelta y América tenía 45 minutos para la remontada.
Con el paso del cronometro se le acababa el tiempo a América. Solari quemó las naves al mandar todo lo que tenía al frente con hombres como Sebastián Córdova, Federico Viñas y Miguel Layún, pero ni así las ideas aparecieron, por el contrario, Pumas supo aguantar y en cuanto tuvo la oportunidad, liquidó la serie.
Alan Mozo se confirmó como la pesadilla azulcrema al llegar nuevamente a fondo por derecha y meter un centro venenoso que Higor Meritao conectó de cabeza para vencer a Memo Ochoa. En ese momento las aspiraciones americanistas se esfumaron, el fracaso apareció de nuevo con el agravante de tratarse de un Clásico.
Al final, ni todos los puntos conseguidos en el semestre ni la regularidad de la que tanto alardeó Santiago Solari sirvieron. América se fue eliminado en su casa, superado por la Universidad y terminó con muchas unidades, pero con las manos vacías. ¡Fracaso rotundo!